¿Cómo saber en qué redes sociales debe estar presente mi marca?

 
Cuando queremos que alguien nos conozca, nos presentamos. Decimos nuestro nombre, resumimos quiénes somos (de dónde venimos, dónde vivimos, qué hacemos y qué nos gusta) y, si todo va bien, dejamos nuestro contacto para que la persona nos conozca mejor: una tarjeta ejecutiva en algunos casos, o un teléfono o perfil de Facebook en otros. Lo mismo cuando conocemos a alguien en el entorno digital y, si de verdad queremos establecer una comunicación, se pasa a un encuentro telefónico o personal. Puede ser una reunión de negocios o una cita a ciegas: siempre nos damos a conocer por más de un medio.

Así también pasa con las marcas en el medio digital. Se dan a conocer en vía pública, a través de medios tradicionales y, al día de hoy, también en internet y más precisamente en redes sociales.

Sin embargo, previo a estar online, cada marca debe estudiar la posibilidad. Si la respuesta es afirmativa, entonces se deberá analizar en qué redes estar, en cuáles no, y en cuáles animarse a experimentar. Para elegir correctamente, la marca antes deberá replantearse su misión, sus objetivos y su estrategia. Los medios digitales y las redes sociales no son un mundo aparte a la publicidad BTL sino que deben trabajar en consonancia con un mismo plan de comunicación.

 

Mi marca y las redes

 

Algunas preguntas previas y determinantes que debe hacerse una marca son:

 

1. ¿Cuál es mi objetivo?

Hay que estar donde nuestro público está. Eso es claro. Y si nuestro público está en determinada red social, allá vamos. Pero lo cierto es que antes debemos evaluar qué objetivo cumpliremos con ello. ¿Por qué mi marca tiene que estar en Facebook? ¿En qué nos beneficia? Debemos determinar si nuestro objetivo será el de aumentar las ventas, dar a conocer nuestro servicio, si buscamos que sea un medio para responder preguntas, o si queremos generar un canal más para estar en contacto con nuestro público.

El objetivo determinará en qué redes debe estar la marca. Para responder consultas, por ejemplo, quizá sea bueno Facebook, y para dar a conocer nuestra nueva línea de ropa puede ser útil abrir una cuenta en Instagram.

 

2. ¿Cómo se compone mi público?

Nunca debe perderse de vista a quién nos dirigimos. No importa si el consumidor final no es exactamente el mismo que el público online (aunque sería lo ideal); la comunicación debe apuntar a un target determinado y para eso es fundamental conocerlo a fondo. ¿A quién me quiero dirigir? ¿Cuál es su perfil? ¿Qué costumbres tiene? ¿Qué uso hace de internet? ¿Qué redes sociales utiliza? ¿A qué hora se conecta?

Por ejemplo: si apuntamos a un público ejecutivo mayor de 40 años, quizá lo mejor sea apostar por LinkedIn, ya que allí se concentra el mundo empresarial.

 

3. ¿Qué hace mi competencia?

No se trata de copiar lo que hace la competencia, pero sí estudiarla. Ver qué hace, cómo se comporta, en qué redes está, a qué horas publica y la interacción que se genera en ese ida y vuelta. Y, sobre todo, ver cómo marcar un diferencial. Si somos Corona, por ejemplo, tendremos que antes analizar qué hace y qué ha hecho la competencia: Miller, Patricia, Pilsen, Heineken y el resto. Cuáles redes les han rendido, qué tipo de contenido se ha generado y cuáles posteos han atraído más la atención. Recién luego podremos desarrollar nuestro plan y darle un diferencial a nuestras redes.

 

4. ¿Tengo algo para comunicar?

Un vez más: no se trata de estar por estar. Se está para decir algo. De lo contrario, la comunicación no es beneficiosa y termina quitándonos tiempo y dinero. Ahora bien, debemos definir qué es eso que tenemos que comunicar y cuál es el formato adecuado para hacerlo. ¿Qué espera nuestro público de nosotros? ¿Qué contenidos le atraen?  ¿Qué queremos transmitir con esos contenidos?

Un ejemplo claro es el de una marca que ofrezca servicio de filmación y fotografía. El público va a esperar que produzca contenido audiovisual interesante, que logre captar su atención y que lo motive a interactuar. Si la marca no tiene en cuenta eso desde un principio y su contenido es estático y con poca gracia, entonces quienes la siguen van a dejar de hacerlo, porque la página no habrá cumplido con sus expectativas.

 

5. ¿Estoy dispuesto a invertir?

Crear un perfil de Facebook, de Twitter o de Instagram es sencillo y gratis. Sin embargo, llevar adelante un correcto plan de acción que repercuta en ventas o visibilidad de marca, por ejemplo, no es tarea fácil. La presencia en tres, cuatro o seis redes no significa que se va a llegar a más gente, sino que se deberá estar dispuesto a invertir en una estrategia en redes sociales. No se trata de estar por estar, sino de acertar. ¿Y cómo se hace? Destinando recursos.

Por ejemplo: de nada sirve abrir una cuenta en Facebook si luego no vamos a generar contenido, ni darle interacción a la página.

 

Redes sociales

 

En definitiva, si se quiere dar a conocer una marca, es fundamental animarse a probar en el mundo digital, ya sea para darle visibilidad, o posicionarla, o acercarla a su comunidad. Cuando se hace bien, con objetivos claros y contenidos interesantes, entonces estaremos acertando.

 

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