Innovación. El acceso a la información VS. El acceso a la información contaminada.

My Line es el caso ganador del Grand Prix de Cannes 2018 en la categoría innovación. Básicamente implica una línea telefónica que funciona como Google, y te responde cualquier pregunta de forma automatizada. Es una idea basada en la importancia del acceso a la información, y una forma creativa de dar ese acceso a las poblaciones más carenciadas. Una idea que, al menos en los papeles (o en el caso), acerca la información, la cultura y la actualidad a las personas que más lo necesitan, y de forma gratuita e inadulterada. Todo bajo el paraguas de Google, el principal motor de búsqueda web y una de las empresas más innovadoras del mundo, probablemente la más innovadora. El acceso a la información y el conocimiento, tanto a nivel académico como a nivel de información noticiosa, de ocio, política o de interés personal, es fundamental para el sano desarrollo de una democracia.

En 2016 asistimos a la victoria de Donald Trump en las elecciones para presidente de Estados Unidos, una victoria rodeada de teorías (ya no tan teorías) de interferencia de fuerzas de origen ruso. Una poderosa arma de esta interferencia fueron las redes sociales y la desinformación a través de ellas, mediante un ejército de bots con contenidos fraudulentos. La libertad casi total y anárquica de las redes sociales (que también es su gran mérito, todos podemos ser una estrella de las redes), mezclado con una producción de contenidos estratégicamente orientados a desestabilizar, y un importante presupuesto, llevaron a nada más y nada menos (junto con otros factores) a hacer tropezar la democracia con más autobombo del mundo.

En estos casos bien distintos vemos no solo la importancia del acceso a la información, sino que también que esta información sea verídica, o al menos, no orientada a embarrar la cancha, y la necesidad de una mejor regulación de los contenidos que se publican en redes sociales y la web. Todos debemos encargarnos de ello, desde los que generan contenido hasta los que lo comparten, pero aún más los que tienen las mayores plataformas debido a sus seguidores o su inversión en medios. Los contenidos influencian en el comportamiento de sus seguidores, de una forma u otra, por algo se hacen llamar influencers.

Miremos el ejemplo del FYRE Festival, un festival ultra premium de música, en una isla paradisíaca, promocionado en las redes de las modelos más top del mundo, que resultó ser una gran estafa, un fracaso y hasta puso en peligro a todos los que asistieron. La excelente estrategia en redes, tanto estética como en la elección de las modelos con más seguidores del mundo como medio fue muy efectiva, pero en ninguna parte manifestó ser publicidad, a pesar de que eran espacios pagos. Esto también traslada parte de la responsabilidad a las influencers, que fueron las que elevaron el perfil del festival, sin develar que era en realidad un espacio pago y que desconocían las características del festival, lo que también hizo parecer que iban a asistir a él. Muy recomendable el documental de Netflix FYRE: The greatest party that never happened, para entender más sobre este caso histórico.

Hay que apuntar cada vez más a la transparencia y la veracidad en los contenidos de las redes sociales. Es una responsabilidad de cada uno de los actores desde su lugar, por más grande o chico que sea, entender lo que implica publicar y compartir contenido. Esta para una marca también es la mejor estrategia, ya que cada vez más, la mentira en el mundo de las redes sociales, tiene patas cortas.

Etiquetas: , , , , , , , , ,
 

CONTACTANOS