Lo que el #MWC2015 nos dejó

 Imposible no responder “todo” cuando me preguntan qué fue lo que más me impactó del Mobile World Congress. Sí, hubo algunos eventos que nos acapararon más la atención, como la charla de Zuckerberg, el lanzamiento del nuevo Samsung 6 o el cepillo de dientes inteligente de Oral B. Pero cada stand con su montaje único, cada exposición, cada charla informal con colegas de todo el mundo hicieron que el viaje a Barcelona valiera cada kilómetro recorrido.

Por Manuel Ramos

Manu

Lo mejor del Mobile World Congress 2015

Las instalaciones. Los establecimientos de Fira Barcelona realmente estuvieron a tono con el nivel del evento. El predio de ocho pabellones era una verdadera ciudad tecnológica preparada para las exposiciones, con espacios libres para desayunar, almorzar o simplemente disfrutar  un ambiente inmejorable para hacer los reportes diarios, repasar las novedades del día e intercambiar con otros participantes. Había áreas para meetings en 3D y varios lugares para tomar una pausa con un café dentro de una ciudad inteligente.

Resumen del MWC 2015 - EMB Partner

Los stands desde afuera. Cada uno de los stands sobresalía más que el anterior por su diseño, utilizando plataformas perfectamente acordes a la tecnología de vanguardia protagonista del evento. Paneles de TV, decoraciones con luces láser y un sin fin montajes: casas inteligentes a escala, globos aerostáticos y hasta salas de reuniones con forma de cámaras fotográficas deportivas.

Los stands desde adentro. Todas las marcas desplegaron un merchandising atractivo que invitaba a no quedarse mirando desde afuera. Apenas daba el tiempo para acercarse a todos los stands que nos llamaban la atención para conocer y probar los nuevos productos. La fuerza de promoción y ventas de cada staff nos hacía sentir parte activa de ese mundo, testeando cada novedad como si recién la hubiéramos comprado.

Lo mejor del MWC 2015

El futuro. Más allá de cuál será el próximo lanzamiento, qué funcionalidades incluirá el dispositivo más esperado o cuáles son las tendencias de cara al 2016, lo que el MWC me dejó es la convicción de que lo verdaderamente valioso de la tecnología es poder compartirla y hacer de ella de algo totalmente universal. Y que cada profesional, en su idioma y su entorno, puede desarrollar esas herramientas tecnológicas dando lugar a la máxima expresión de I+D.

Pero también podemos desarrollarlas e innovar como usuarios, en la vida cotidiana. Ya es parte de nuestro presente el uso de las tecnologías móviles para relacionarnos y encontrar mayor confort. Un confort que en un futuro próximo –y para eso hay que seguir trabajando- será accesible para todos mediante el Internet de las Cosas.

Reporte del MWC 2015- EMB Partner

El intercambio. El inglés fue el idioma oficial en todas las áreas del MWC, por lo que pudimos dialogar sin barreras con coreanos, africanos, europeos, americanos y asistentes de lugares para nosotros recónditos. En todos los intercambios de ideas reinó la simpatía y cordialidad, y eso hizo que instancias como el encuentro de start-ups 4YFN fueran un éxito en productividad.

La multiculturalidad. Un hindú haciendo sus meditaciones sobre su alfombra mientras miles de asistentes recorrían los stands alrededor fue una de las imágenes que sintetiza la mixtura cultural vivida a cada paso. Ese tipo de cruce de horizontes, de lo espiritual a lo tecnológico, de lo religioso a lo transnacional, fue de las cosas que más me movilizaron del congreso. Si dicen que la tecnología móvil e Internet han llegado para unificar el mundo, lo que se vivió en el MWC es la muestra cabal de eso.

El ambiente innovador. Este contexto de ebullición cultural no solo permite ampliar nuestros horizontes, sino que genera un ambiente más productivo y generador de nuevas ideas. En muchas ocasiones recordé el concepto de Andrés Openheimer en su libro “Crear o Morir”: que los ambientes de mayor creatividad e innovación, en su gran mayoría, se caracterizan por contar con personas de distintas etnias, creencias, costumbres, lenguas y sobre todo estilos, trabajando en conjunto.

Barcelona. La sede misma fue una de las mejores cosas del MWC, como ocurrió en las ediciones pasadas. Difícil imaginar una ciudad con un clima cosmopolita tan propicio para esta clase de eventos. Es una ciudad habituada a lo multicultural: allí residen muchos extranjeros por estudio o trabajo, sumados al turismo permanente y al modo de ser abierto y desprejuiciado de los catalanes. Nos deja felices saber que la organización ha concedido a Barcelona la sede del MWC hasta el 2018.

 

Será entonces hasta el año que viene en Barcelona, cuando volvamos a embarcarnos al congreso móvil más importante del mundo.

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