Visto/No Visto: todo depende de cómo se vea

Todos odiamos que nos revelen indiferencia a través del «Visto» del chat. ¿Pero hasta qué punto dejamos que la tecnología nos lleva a formas de comunicación insanas? Una reflexión de nuestra CM Catalina Olave.

 

La paranoia, ansiedad y persecución que nos genera la espera de la contestación de la persona que nos interesa en Whatsapp o Facebook es realmente alarmante. Que alguien te “clave el visto”, es decir, que reciba tu mensaje y no lo responda, es considerada una de las peores cosas que pueden pasarte en el mundo de la comunicación virtual. Aparece un “Visto” o un «doble tick», se abre un universo de (sobre)interpretaciones.

 

Obviamente, entre esas interpretaciones tendemos a pensar lo peor. Por ejemplo:

 

–           “Seguro que lo leyó, pero como no le importo un bledo me ignora. No puedo creer. ¿Qué hace que no contesta?”.

 

–          “¿Quién se cree que es? Se hace el interesante”. (Aunque en realidad ES interesante, por eso a la hora le estás mandando otro mensaje por las dudas que el anterior no le haya llegado. Nunca se sabe.)

–          “Ya está, no le escribo más. Esto es una humillación virtual”.


Visto - No Visto

Nunca nos detenemos a pensar que quizás la persona puede estar ocupada, o cenando con la madre, o en un velorio, cumpleaños, práctica, cine, leyendo, estudiando, trabajando, y no pueda contestarte el mensaje que VOS estás deseando recibir. O simplemente no tiene ganas de contestarte por “X” motivo. De la misma manera que cuando nos llega un mensaje, muchas veces no tenemos ganas de contestarlo en ese momento. El “Visto” funciona como un obligador de la comunicación, para que el otro no piense que lo estamos ignorando y, por lo tanto, permanezcamos más tiempo en las redes aunque de verdad solo estemos charlando por la cortesía de no “clavar el visto”.



El Visto en Facebook

Cuando la situación se complica

 

Interpretar los mensajes (o silencios) de nuestros interlocutores es algo natural, lo hacemos todo el tiempo en todas las interacciones cotidianas. Lo que no es sano es estar especulando la reacción de otra persona sin siquiera esperar 5 minutos para que conteste. Hacerse mala sangre es contraproducente y dañino.

 

En una de las últimas charlas de almuerzo en la agencia surgió el tema de la problemática en torno al “Visto” de Facebook o la última hora de conexión en Whatsapp. Por mayoría pensamos que el hecho de que una persona controle tus horarios lleva a un conflicto. Por ejemplo, tu novia te puede decir que se acostó a las 12 pero por las dudas, entrás a su conversación y su última hora de conexión es a las 4 de la mañana. Ahí empiezan las discusiones, celos, desconfianza, y miles de cosas más que encadenan a una dejada patética y temerosa. Conozco algunas parejas que incluso se han separado por la intermediación de un “Visto” no contestado o un «doble tick» sin retorno. ¿Hasta dónde llegaremos?



Despedida

Como sucede con todas las tecnologías, todo es un tema de cómo se mire y cómo nos apropiemos de ellas. Es cuestión de adaptarse, de acomodar el cuerpo y las ideas a las nuevas redes, y una vez instauradas, usarlas de manera sana y beneficiosa, sin esa cuasi-adicción de entrar una y otra vez para ver si el otro leyó el mensaje, si está conectado, hace cuánto se conectó. Tendríamos que tratar de adaptar la tecnología a nuestra vida y relaciones, sin que sea una generadora de problemas. Busquémonos, y no supongamos.

 

                                                                                                    Catalina Olave

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